Don Quijote decidió cambiar su aburrida vida, para convertirse
en un caballero y comenzar a buscar justicia social. Y aunque al principio
creíamos que esa justicia era la de vencer a monstruos y villanos (inventados
por él), en verdad buscaba otra justicia, la justicia de darle sentido a su
vida y a la de los demás.
El viejo de la Mancha les dio la oportunidad a otros de jugar
a tener otras vidas. Logró que aquella prostituta se sienta una princesa o que
aquel campesino se sienta rey. Ellos se reían de él y le seguían el juego,
cuando en verdad, les encantaba sentirse otras personas. Y eso es lo que
lograba Don Quijote, darles la oportunidad de sentir realmente que sus vidas
podían ser las que ellos quisieran.
Quizás la vida es un juego en donde uno puede elegir ser el
personaje que quiere. El problema está en animarse o no. Don Quijote se animó e
inspiró a los demás a hacerlo. Tal vez por este motivo nadie pudo lograr
convencerlo de que el mundo no era tan bello como él lo planteaba. Nadie
encontró un fuerte argumento paca hacerlo recapacitar. Porque en el fondo,
ellos no querían hacerlo tampoco.
Y aquí el personaje de Sancho panza toma gran importancia
porque nos representa a nosotros. Sancho es el hombre común que vive en la
realidad pero que al mismo tiempo lo acompaña a Quijote porque tiene la
esperanza de una vida y un mundo mejor.
El viejo flaco y alto era un buscador de justicia, y
claramente, un héroe. Porque como los caballeros de sus novelas, el viejo salió
a mejorar la vida de los demás y lo logró al igual que ellos. Y que Don Quijote
sea un viejo, no es casualidad. Él decidió ser héroe (y cambiar su vida) en el
último tramo de su vida. Un claro mensaje de que nunca es tarde.
Don Quijote se animó a empezar a vivir la vida que quería ¿y
vos?