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viernes, 22 de noviembre de 2024

La huelga de inquilinos de 1907



El modelo agroexportador trajo una explosión económica en la Argentina. La demanda mundial crecía exageradamente. Eso, implicó capturar más tierras (Campaña del desierto) y fomentar la inmigración como mano de obra barata.
Buenos Aires fue testigo de oleadas de inmigrantes que venían a buscar un mejor futuro. Consiguieron trabajo rápidamente pero no en las mejores condiciones, lo que fue llevando a la creación de sindicatos, huelgas y protestas en todo el país pero principalmente en las ciudades puerto.

Las protestas estuvieron siempre pero se empezaron a organizar y a ser más combativas desde el inicio del SXX. La FORA marcó el rumbo de tendencia anarquista.

Hay que entender, que el obrero no podía votar. No tenían un partido político que los representara. No lo hubo nunca desde que nació la Argentina. Es por eso, que la única manera de “participación política” era la Huelga. Que no sólo representaba al anarquista, representaba a todos los trabajadores. La diferencia, es que el anarquista inmigrante europeo ya tenía experiencia y el empuje de cómo llevarlo a cabo para lograr mejoras laborales en estas nuevas tierras con un naciente gobierno prospero.

La respuesta del gobierno siempre fue la mano dura. Huelga que había, muertos que aparecían. El miedo del gobierno era la revolución y/o fin del sistema vigente.
Las revoluciones Radicales venían creciendo y logrando mayores objetivos. La última, la de 1905, estuvo a nada de tener éxito. En la misma, en aquel entonces senador, Alcorta, fue secuestrado y amenazado de muerte con un revolver en la cabeza. Es por eso, que cuando asumió la presidencia, lo primero que hizo fue tomar medidas importantes para evitar otra revolución.

Ramón Falcón fue un destacado soldado que peleó en la campaña del desierto junto a Roca. Luego fue diputado del PAN. Y en 1906, el presidente Alcorta lo nombró jefe de la policía de la ciudad de Buenos Aires. El miedo era concreto y había que reprimir con mayor fuerza.

No es un detalle menor, que un año antes tuvo lugar la exitosa revolución rusa que derrocó el sistema Zarista y potencio a los trabajadores en todo el mundo.
Falcón estuvo a cargo de la policía sólo 4 años, sin embargo, quedó en la historia como el símbolo de la defensa de la patria ante los revolucionarios. Calles, monumentos y placas lo recuerdan en toda la ciudad.
Serán dos sus represiones más conocidas por ser “exitosas” para algunos o “masacres” para otros: La huelga de inquilinos de 1907 y la semana roja de 1909 (que le costará su vida).

La huelga de inquilinos 1907

Las familias de inmigrantes trabajadores vivían hacinadas en los conventillos en pésimas condiciones de higiene, servicios e infraestructura. Ese año hubo un aumento en los alquileres y eso desató una protesta, que nació en san Telmo denominada “huelga de los inquilinos” o “huelga de las escobas”. Todo comenzó en un conventillo de San Telmo y se extendió a más de 2000 conventillos en Capital Federal. Una semana más tarde, se sumaron los conventillos de Rosario, Santa Fé, Mar del Plata y otras ciudades del país.

Ninguna familia pagó el alquiler por 3 meses que duró la protesta. Falcón reprimió con fuerza y ordenó el asesinato del el máximo orador de las revueltas: Miguel Pepe de tan sólo 17 años.

No fue una huelga del todo exitosa. Los alquileres siguieron siendo elevados en comparación al sueldo del trabajo. Se ahorraron esos 3 meses el alquiler. El gobierno de la ciudad anunció un proyecto de viviendas para los trabajadores con alquileres más accesibles pero que, claramente, no iban a poder abarcar a todas las familias.
Sin embargo, la huelga demostró ser organizada y multitudinaria. Llegó a varias ciudades donde la gente se mantuvo firme en no pagar sus alquileres a pesar de las amenazadas de desalojos y represión.

Fue una huelga que no pasó desapercibida y alertó a los gobernantes. Fue una muestra de lo que vendría.





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