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martes, 26 de julio de 2016

Mismo amor, misma Ley


La aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, no es solo el triunfo de la comunidad gay, o de una sociedad que busca la igualdad de leyes ante una misma constitución, sino que es ante todo, un triunfo del amor.
La ley hace hincapié en que el matrimonio es un derecho que deben poseer aquellas personas que se aman y quieren celebrar su amor, más allá de su condición sexual.
La razón principal de casarse debe ser el amor y no la reproducción, como lo definen algunos. La condición de amar es la misma para todos, tengamos la preferencia sexual que tengamos, porque el amor no discrimina. Entonces ¿Si el amor no discrimina, por qué las leyes sí?
Estar en contra del matrimonio igualitario es creer que existen condiciones para amar. Creer que existe una sola definición de amor. Creer que podemos decir de quien nos podemos enamorar y de quien no. Y nadie puede definir lo que es el amor, y es el amor la principal razón para casarse. Por eso la aprobación de esta Ley es un triunfo de todos, porque tengamos la preferencia sexual que tengamos, todos tenemos que defender la condición de amar con libertad.


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