En el Siglo XIX la gente no
votaba. Las diferencias políticas se resolvían a través de la guerra. Por eso,
la mayoría de los líderes políticos eran militares de profesión o civiles que
agarraban las armas.
Belgrano, es un ejemplo de un
civil, que para involucrarse en política, tuvo que aprender a ser militar. Y
San Martin era un excelente militar que podía llevarlas a cabo.
Se necesitaba, si o si, de la fuerza militar
para llevar adelante cualquier idea política. No hubiéramos tenido una
revolución de mayo sin el regimiento de Patricios. No fue casualidad que
Saavedra terminara siendo el presidente de la primera junta y no un civil. Y
tampoco hubiera existido la figura de Rosas sin su ejército de “Los colorados
del Monte”. Ni la famosa frase de Sarmiento al entregarle el mando de Presidente
a Avellaneda en 1874: “Usted es el primer presidente que no sabe usar un arma”.
Es por eso, que el Siglo XIX está
caracterizado por guerras civiles y el Siglo XX no. En verdad, son las mismas
eternas diferencias políticas, que antes se resolvían con las armas y ahora con
las urnas.
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