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lunes, 5 de junio de 2023

Los Pueyrredón (Padre e hijo)




Juan Martin de Pueyrredón y Labrucherie era un francés convertido en soldado español que logró, a los 25 años, una licencia para poder comerciar con España en las indias occidentales. Corría el año 1763 y se mudó a Buenos Aires.

En el incipiente pueblo porteño, abrió una casa de exportación y sus negocios prosperaron. En 1766, en la catedral de la ciudad, se casó con la criolla Rita Damasia Dogan y Soria y tuvieron 11 hijos. El sexto, fue Juan Martín Mariano Pueyrredón Dogan nacido en 1777 (un año antes que su amigo San Martin y ambos morirían en 1850).

A los Pueyrredón les iba muy bien en el monopolio comercial con España. Es por eso, que lograron enviar a Juan Martin a estudiar y participar del negocio familiar a Europa. Pueyrredón viaja en 1795 y es testigo del ascenso de Napoleón, y consecuentemente, de las guerras napoleónicas.

A comienzos de SXIX, los ataques de la flota británica a la española y francesa iban en aumento. Y en 1804, con el hundimiento por parte de Inglaterra a un barco de pasajeros provenientes de América, España le declara formalmente la guerra a Inglaterra.

España y Francia se alían contra Inglaterra que pretendía las rutas comerciales del atlántico.

Es en ese momento, cuando Pueyrredón decidió volver a Buenos Aires a defender su negocio familiar en tiempos de guerra con Inglaterra. Llegó en 1805, justo antes de la primera invasión inglesa, y con su gran fortuna, logró formar un pequeño ejército (futuro cuerpo de Húsares).

Húsares de Pueyrredón

Finalmente, los ingleses invadieron Buenos Aires en 1806. Pueyrredón, con su ejército personal, intentó retomar la ciudad pero los ingleses lo descubrieron antes y lo vencieron en la famosa batalla de Perdriel (1 agosto 1806). Pueyrredón escapó a Montevideo donde se reunió con Liniers que había ido a buscar soldados españoles para la reconquista. Ambos retomaron Buenos Aires el 12 de agosto de 1806 y se convirtió en un héroe.

Aprovechando su momento de fama, su porte social, y sus contactos con España, el Cabildo lo nombró representante para enviarlo a Madrid en noviembre. Su misión era poder contarle al Rey que habíamos vencido a los ingleses pero que seguían en el Rio de la plata por lo que necesitábamos una flota española con soldados y armas.


Pueyrredón, no logró su cometido porque España estaba sumergida en grandes problemas: Primero, la guerra contra Inglaterra, que luego de la batalla de Trafalgar, ya no poseían ni un barco. Y segundo, la invasión de su aliado Napoleón en 1808.

De hecho, Juan Martin es testigo de los acontecimientos del 2 y 3 de mayo de 1808 inmortalizados en los cuadros de Goya y en la memoria española.

Ante esta situación, y desilusionado con España, Pueyrredón decidió volver a Buenos Aires.

Arribó a Montevideo en enero de 1809 y fue puesto preso por el gobernador español Francisco Javier de Elío por “sospechoso”. Logró escaparse a Brasil y volver a Buenos Aires. Pero, para su suerte, ya se encontraba Cisneros como virrey y fue, nuevamente, puesto preso, y nuevamente, se escapó al Brasil. Allí, participó de la propuesta Carlotista.

Recién llegó a Buenos Aires en junio de 1810, un mes después de la revolución de mayo. En agosto fue nombrado gobernador de Córdoba (que estaba atravesando una situación de crisis política porque recientemente habían fusilado a Liniers que residía en esa ciudad). Y en enero de 1811, fue nombrado gobernador de Chuquisaca (que también atravesaba una situación de crisis por la derrota crucial en la batalla de Huaqui).

La pérdida del alto Perú, generó la disolución de la junta grande y la creación de un triunvirato. Ante la renuncia de uno de sus miembros, Juan Martin ocupó el puesto.

Llegó el año 1812, y fue un momento bisagra para nuestra historia y la de Pueyrredón: arribó a Buenos Aires, San Martin.

A pesar de que ambos eran masones, y de que fue Pueyrredón el que ordenó la creación del cuerpo de granaderos especialmente para San Martin, el triunvirato estaba liderado por Rivadavia, enemigo de San Martin.

Rivadavia poseía una postura pasiva con España y ordenaba no luchar. Pero Belgrano, y luego de desobedecerlo, generó las victorias de Salta y Tucumán. Esto desencadenó una revuelta política generando la revolución de octubre.

Pueyrredón, por ser miembro del gobierno de Rivadavia, quedó como un “opositor” de San Martin y fue desterrado a San Luis donde se alejó de la política y se dedicó al campo.

Tuvieron que pasar dos años para que San Martin pidiera reunirse con él. El objetivo fue buscar su apoyo para llevar a cabo el principal objetivo de San Martin en estas tierras: Expulsar a los españoles de Lima. Pero para eso, faltaba declarar la independencia y juntar recursos para cruzar los andes, liberar Chile, y luego por mar, liberar Lima (Plan de Maitland). Juan Martin de Pueyrredón iba a ser clave en ambas.

En 1815 se reincorporó en la política y viajó a Buenos Aires donde se casó con Calixta Tellechea y Caviedes (hija de uno de los ajusticiados de 1812). Ambos se mudan la casa de ella en San Isidro (Hoy museo de Pueyrredón).


"ví una niña, me agradó, nos comprometimos, y hoy hacen ocho días que me casé con doña mariquita tellechea y caviedes, joven que aún no cuenta catorce años, educada en los mismos principios de nuestras familias, y acostumbrada al recogimiento y a la virtud".

En 1816 se lleva a cabo el congreso de Tucumán. Con el apoyo de San Martin y Güemes, participa como diputado de San Luis y es elegido como el próximo director.

Juan Martin de Pueyrredón asume el directorio desde 1816 a 1819. Y es aquí donde desarrolló todo su apoyo a San Martin, la masonería y su plan de llevar a cabo el plan Maitland. Gracias a Pueyrredón, muchos recursos de la nación fueron destinados al cruce de los andes. Esto recibió muchas críticas, porque en una situación de crisis económica y política, estábamos gastando recursos en liberar a países que no podían hacerlo solos (recordemos que Argentina liberó Chile y Perú pero no anexó a ninguno).

Pueyrredón se arriesgó mucho en esta colaboración con San Martin, y es ahí, donde se forjó su amistad.

« (…) Van 400 recados. Van hoy por correo, en un cajón, los dos únicos clarines que se han encontrado. Van los 2000 sables de repuesto que me pide. Van 200 tiendas de campaña o pabellones. Y no hay más. Va el mundo. Va el demonio. Va la carne. Y no sé yo cómo me irá con las trampas en que quedo para pagarlo todo o bien que entrando en quiebra, me voy yo también para que usted me dé algo del charqui que le mando. ¡Y qué caray! No me vuelva a pedir más, si no quiere recibir la noticia de que he amanecido colgado en un tirante de la fortaleza de Buenos Aires…”.

Y no solo fue clave para la independencia americana en nuestras tierras, sino que también lo fue en España. En 1819, Pueyrredon en persona, se encargó de financiar y colaborar con el “Pronunciamiento de Riego” que se llevó a cabo en Cádiz. El mismo, fue un levantamiento militar español contra Fernando VII generando el final del deseo de recuperar las colonias de América.

El congreso de Tucumán también sancionó la creación de una constitución. En 1819 se escribió la primera constitución argentina. Pero la misma, era tan unitaria que generó un fuerte rechazó en el interior promoviendo la renuncia de Pueyrredon al directorio. Otra vez, será puesto preso por el gobernador de Buenos Aires, Sarratea. Pero fue solo una movida política, el mismo Sarratea (que habían sido compañeros en el triunvirato) lo ayudo a escapar y se refugió en Montevideo.

Finalmente, la constitución sería rechazada en su totalidad y se iniciaría la anarquía del año XX.

Volvió a Buenos Aires en 1821, y cuando Rivadavia fue presidente, esté lo nombró miembro de la Comisión Militar encargada de la reforma del ejército.

Luego del fusilamiento de Dorrego, intentó mediar entre Lavalle y Rosas pero no logró su objetivo. Esa fue su última participación en la política.

En 1823, nació su hijo, el pintor y arquitecto argentino: Prilidiano Paz Pueyrredón.

Los Pueyrredón eran muy amigos de los Ortiz de Rozas, entre otros miembros de la sociedad porteña. Sin embargo, Rosas había decidido expropiar los bienes de todos los ciudadanos franceses (y descendientes) a raíz del conflicto que en ese momento existía con Francia. A los Pueyrredón, no se les llegó a quitar nada por su historia y contactos, igualmente, decidieron exiliarse entre 1835 y 1849. Vivieron a París, Burdeos y Rio de Janeiro.

El negocio de la exportación de cuero permitió que Prilidiano estudiase bellas artes y se recibiera de ingeniero. La situación tensa entre Rosas y Francia llegaría a su fin luego de la batalla de vuelta de obligado (1845).

Finalmente, los Pueyrredón regresaron a Buenos y Juan Martin de Pueyrredón muere en su casa de San Isidro en 1850 mientras San Martin moría en Francia.


“Yo no quiero vida, sin la vida de mi Patria y viviré con ella, y moriré por darle vida”.


Prilidiano, con 26 años. Era un joven de la sociedad porteña al cual recurrían por retratos. Entre ellos se encuentra el de la hija de Rosas, Manuelita de 1851 y su vestido rojo punzó (se encuentra en el bellas artes y fue utilizada para los billetes de 20 pesos).

Manuelita Rosas 1851 (MNBA)







Otro de sus retratos conocidos es el de su prima segunda, Magdalena Mercedes Sinforosa Costa Ituarte, su gran amor. Ante el rechazo de ella, nunca terminó de pintarlo.


Retrato de Magdalena Costa 1851 (Museo Pueyrredón)


Pero si en algo se destacó en la pintura, fue por realizar los primeros desnudos en el río de la plata.

“El Baño” 1865 (MNBA)


“Yo me llamo Pedro Pablo Prilidiano Pueyrredón, pobre pintor que pinta cuadros por pocos pesos"

Aparentemente, con el corazón roto por el rechazo de su prima, se mudó a Cádiz donde tuvo una hija a la cual le puso el nombre de su prima.

Volvió a Buenos Aires en 1854 y se dedicó más a la arquitectura y a la ingeniería. Comenzó con restauraciones (Pirámide de mayo y casa rosada). Luego realizó los planos de la casa quinta de Miguel de Azcuénaga (hoy la quinta presidencial).

En 1862 construyó, como ingeniero, el puente sobre el riachuelo en Barracas. Pero, lamentablemente, esté se derrumbó. Esto le generó un pico de estrés y lo enfermó bastaste. Comenzó la construcción de un nuevo puente pero nunca lo vio terminado.

No sabremos si fue por la muerte de su madre en 1869 o por el malestar de su puente caído, pero su salud se agravó tanto que falleció en la quinta de San Isidro en 1870 con 47 años.

"Cada uno tiene una misión que cumplir en el mundo; la mía es el olvido de mí mismo en favor de los seres amados que me rodean."

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