Cuando hablamos de artistas, nadie se pregunta de qué trabajan. Parecería una redundancia. Sin embargo, no lo es. Vivir del arte no sólo es difícil hoy en día para un artista desconocido, siempre lo fue para todos. Los más grandes de la historia, no vivían de su arte, o por lo menos, no siempre lo hicieron.
Algunos estuvieron relativamente cerca, como Andy Warhol, Edward Hooper y Man Ray que trabajaron en publicidad o René Magritte en diseño gráfico. Otros más cerca del dinero como Gauguin, que fue agente de bolsa, Paul Cezanne empleado bancario o Monet y Miró que trabajaron en empresas comerciales.
Kandinsky, Luis Noé, Degas y Matisse eran abogados. Y hasta, Kandinsky llegó a ser profesor de derecho. Por lo tanto, también entraría en el rubro docente, como Mondrian que era maestro de primaria.
También fueron parte del sector público. Pollock fue empleado estatal, Francis Bacon agregado del embajador de Francia y Malevich con Schiele trabajaron en el rubro ferroviario de sus respectivos países.
Otros dedicaron muchos años a estudiar una carrera importante, como León Ferrari que era ingeniero y otros se la rebuscaban como podían como Van Gogh que era pastor pero que dependían de la ayuda económica de su hermano.
Poder vivir del arte nunca fue fácil. Sin embargo, no creo que eso sea la condición para ser artista.
En estos pocos ejemplos, apreciamos lo separados que estaban con respecto a trabajos, rubros, épocas y sueldos. Sin embargo, todos están juntos en las páginas de los libros de historia del arte.
Quizás ser artista no sea un trabajo, sino una manera de vivir.
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