lunes, 14 de noviembre de 2016

Las Lunas de Júpiter



Casi todos los planetas de nuestro sistema solar poseen satélites naturales. Sus nombres son tan raros, qué difícil es acordarnos de ellos. ¿Qué significado oculto tienen los nombres de los satélites?
Los planetas poseen los nombres de los principales dioses griegos. Por lo tanto, la relación entre los nombres de los satélites con respecto a su Dios (planeta) es donde se encuentra el porqué de la cuestión. Y una vez más, todo es mitología griega.
En el Caso de Júpiter (Zeus) posee 4 satélites principales: Ganimedes, Ío, Calisto y Europa. 
¿Cuál es su relación con Zeus? Y como no podìa ser de otra manera con el rey del olimpo, amantes de èl.







Ganimedes:

Ganimedes era un príncipe troyano. Sus días de juventud los pasaba cuidando el rebaño de su padre y aprendiendo de sus maestros. Pero Ganimedes no era un joven común y corriente. Su belleza llamaba la atención, de tal manera, que los mismos dioses lo habían notado.  Rápidamente se inició una competencia entre los habitantes del Olimpo para saber quién iba a poseer al joven.  Zeus, utilizando su poder y estatus, no permitió que otro ganara.

Convertido en águila, Zeus voló sobre la Tròade y lo secuestró agarrándolo fuertemente con sus garras.  Desde el reino de Troya, lo llevó al Olimpo y lo convirtió en su copero y amante.

A diferencia del cristianismo, donde Jesús es perfecto y los pecadores son sus discípulos, en la antigua Grecia los dioses tenían las mismas debilidades que los hombres. En este mito, vemos la naturalidad con la que los antiguos griegos ven a la homosexualidad.


Ganimedes, de Correggio (1531)


Ío:


Zeus le envió un sueño en el cual se le ordenaba a Io (Sacerdotisa de su esposa Hera) que se entregara a él en el lago de Lerna. Ella muy prudente le contó a su padre el sueño antes de tomar una decisión.

El padre preocupado consultó tanto el oráculo de Delfos. El mismo le indicó que no había forma de escapar al destino y que debía cumplirse el sueñode la joven si no querían ser fulminados todos por el rayo.

Finalmente, Zeus visitó transformado en una gran neblina y aprovechó para arrebatarle su virginidad.

Pero como siempre ocurría con los amoríos del gran dios, de alguna forma llegaban a oídos de su celosa esposa Hera. Ante el peligro que la muchacha corría, Zeus decidió protegerla y convirtió a Io en una ternera y juró a Hera que no había amado a tal animal nunca. Hera para probarlo le pidió que entonces se lo regalara.

Zeus no tuvo opción, y de esa manera Io quedó consagrada a la terrible diosa, quien la puso al cuidado de Argos, un monstruo de cien ojos que todo lo veía. Zeus la visitaba esporádicamente en forma de toro para poder amarla, hasta que comprendiendo que el sufrimiento de Io era demasiado decidió intervenir.

Le pidió a Hermes que la liberara de su custodio Argos. Hermes fue y con su varita mágica durmió al monstro y luego lo mato con su cimiarra.

Sin embargo, io no quedó libre, porque Hera convencida de la traición de su marido, al darse cuenta e que Argos ya no la cuidaba, le envió un tábano para fastidiar a la joven ternera. Io atormentada por el insecto que se pegó a sus costados se volvió muy agresiva y empezó a correr desesperadamente. Mientras corría le dio forma a las costas del golfo que se llamó Golfo Jónico, cruzó el estrecho que separaba a Asia de Europa, y dio origen al nombre de Bósforo que significa Paso de la Vaca.

Con el tiempo, llegó a Egipto donde fue bienvenida y donde tuvo al hijo de Zeus, llamado Épafo. Ahí, recuperó su forma humana y tuvo que salir de nuevo errante en busca de su hijo, a quien los Curetes habían raptado por orden de Hera. Cuando lo recuperó, regresó a Egipto donde fue reina. Cuando murió, Io fue transformada en constelación por la gracia de Zeus.

Luego, la astronomía nombró a una de las lunas de Júpiter con su nombre.


Zeus e Ío por Antonio Allegri da Correggio.


Calisto:


Calisto era una ninfa del cortejo de Artemisa, pero no era cualquiera, era su preferida.

Artemisa (Diosa de la cacería, la virginidad, los nacimientos y la luna) era el emblema del poder, la independencia y el reconocimiento de las mujeres. Las ninfas que la seguían, renunciaban a la vida de esposas que le proponía la sociedad machista griega. Por lo tanto, eran un grupo de mujeres, vírgenes, hermosas, que se alimentaban de la naturaleza, cazando y viviendo sin hombres.

Sin embargo, eso no significaba que no iban a ser deseadas por los mismos, hasta quizás eran las más deseadas por su condición. Eran un verdadero desafío. Un gran desafío que se animó a llevar a cabo, un Dios (que no le iba nada mal con las mujeres) y que es un experto en estrategias de conquista: Zeus.

Calisto, era muy bella, Y el Dios del Olimpo iba a idear cualquier maniobra para poder tenerla. Ante todo, tenía en cuenta, que si se presentaba como hombre, no iba a tener chances, entonces decide transformarse en una mujer para poder acercarse a ella. Pero no se transformaría en cualquier mujer, porque el objetivo era seducirla. Tenía que ser una mujer a la cual Calisto no pudiera resistirse a sus encantos. Zeus, muy inteligentemente, decidió transformarse en Artemisa.

Una tarde, Zeus (transformado en Artemisa) la engaña, la aparta del grupo y la seduce. Calisto se entrega, pensando que es artemisa. La ninfa no duda, hasta que es penetrada y sale a luz el cuerpo masculino de Zeus.

Asustada y avergonzada, Calisto vuelve al grupo con las demás ninfas, pero sin saber, que había quedado embarazada.

Pasado el tiempo, mientras todas se bañaban desnudas en un rio luego de una ardua cacería, la panza de Calisto evidenció su embarazo. Artemisa la acusó de no cumplir con el pacto de castidad. No era más una virgen y debió abandonar el grupo.

Calisto, se internó sola en el bosque a sufrir su castigo por un hecho que no buscó, sin embargo, le faltaría sufrir más.

Hera, la esposa de Zeus, se entera (una vez más) de las aventuras de su marido y decide descargar su ira contra Calisto. Una noche, mientras la ninfa dormía, la transforma en una osa para que el grupo de Artemisa la cace como a un animal más. Efectivamente, Calisto se despierta, sin saber que era una osa, y sus ex compañeras la matan. La matan sin saber que era ella.

Pero Zeus, no iba a dejarla morir a su amante y a su futuro hijo. La rescata del mundo de los mortales y la lleva al cielo convirtiéndola en una constelación (La osa mayor) para que viva por siempre.

Finalmente, el hijo de ambos nace y fue el famoso rey Arcas (Que luego Zeus también lo llevara al cielo y será convertido en la osa menor, así madre e hijo podrán estar juntos para siempre).

Calisto y Artemisa (Zeus) de Federico Cervelli




Europa: 


Europa era hija de los reyes fenicios Agenor y Telefasa, de Tiro. Zeus se enamoró de ella, y envió a Hermes para que condujera el ganado de Agenor hasta la costa, donde ella solía pasear junto a sus compañeras. El Padre de los Dioses se unió al rebaño, disfrazado de toro blanco para atraer la atención de Europa. Ella, al ver que el toro era manso, comenzó a jugar con él, adornándole el cuello y los cuernos con guirnaldas de flores, y acabó sentándose en su lomo. Entonces, el toro empezó a caminar hacia la orilla del mar, metiéndose mar adentro con Europa sobre su lomo. Al llegar a la isla de Creta, salió del agua y allí se transformó en águila y violó a Europa en un bosque de sauces. De esta unión, nacieron tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón. Finalmente, Asterión, rey de Creta, se casó con ella y adoptó a sus hijos.

 
"Rapto de Europa" Rembrandt




 
Las 4 lunas de Júpiter fueron descubiertas por Galileo Galilei el 7 de enero de 1610. Lo interesante, es que a pesar de haber sido descubiertas en la modernidad, los cientificos siguieron con la tematica mitologica que iniciaron los griegos hace miles de años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario