martes, 14 de octubre de 2025

"Una batalla tras otra"

 




“Una batalla tras otra” es una película que nos deja en ridículo como sociedad a la hora de creer, que logrando imponer nuestra manera de ver las cosas, sólo así se hará “Justicia para todos”.

Una organización subversiva, intenta imponer su manera de ver la política migratoria utilizando la violencia y la clandestinidad ante un estado que también impone la suya utilizando los mismos métodos.

Estos extremos se representan en una mujer negra extremista revolucionaria y un coronel del ejército racista ultraderechista. Sus odios son tan grandes que se terminan convirtiendo en una mutua atracción sexual. Los extremos no suelen ser tan distintos entre sí como aparentan sus discursos. Hay algo en el odio, que los viste iguales.

El guion se centra en que estos opuestos podrían ser los padres de una niña. Una representación del concepto de que siempre aparece una nueva manera de ver las cosas. Porque la solución no es imponer una u otra (porque se basan en el odio), sino trabajar en una nueva con la esperanza de que sea más avanzada y conciliadora que las anteriores.

La película inicia como si estuviera por la mitad. No hay tiempo para presentaciones de personajes, contexto ni introducciones de espacio/tiempo. El director te obliga a prestar mucha atención desde el primer momento para poder entender lo que está pasando. Y esa manera de dirigir, la mantiene durante las 2 horas que dura la película.

Diálogos e imágenes fuertes que sólo grandes actores pueden llevar a cabo.

Se destacan los actores de reparto. Están al mismo nivel que los protagonistas. Quizás, porque los personajes secundarios, en este guion, tienen mucha importancia y son los que hacen girar la rueda de la historia para dejarles a los personajes principales el terreno llano para que continúen su camino. Son los verdaderos héroes.

La música es tan buena, que ocupa el lugar de un protagonista más. Composiciones e interpretaciones no tradicionales nos recuerdan lo importante de la música en el cine.

El director busca incomodar al espectador. Desde la dirección, los diálogos, las escenas fuertes, el humor ácido, la música. Uno nunca tiene tiempo de relajarse. Desde el comienzo, el espectador es empujado a un río donde se ve obligado a nadar en la corriente. Lo que la hace una excelente película, que no sólo nos recuerda el buen cine, sino que también, nos obliga a hacer una introspección como sociedad.


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