viernes, 28 de julio de 2023

La campaña del desierto

 


El tema del “indio” era una problemática centenaria que preocupaba a las autoridades de la zona desde la época de los españoles.

Pero vayamos más atrás. En teoría, el “indio” es de estas tierras pero ¿Lo es realmente?

El hombre evolucionado “nació” en África y se expandió por el mundo. Una corriente migratoria lo trajo a nuestro continente que estaba vacío. Por lo tanto, nadie es autóctono en ningún lugar del planeta. Somos seres que migran y se encuentran.

Lo que pasó con la llegada de Colón al continente, fue un encuentro de dos oleadas migratorias distintas de homo sapiens sapiens en el mismo lugar en distintos momentos.

Algunos podrán decir, “Los tehuelches llegaron primero que los Argentinos. Nacieron ahí, su cultura era de esa zona y no merecían que los atacaran”. Pero con ese pensamiento, entonces no tendríamos que haber atacado y echado a los españoles de américa porque también ellos llegaron primero, también nacieron acá y también su cultura se adaptó a estas tierras.

Y aquí aparece el factor de convivencia conflictiva del ser humano que se dio siempre y en todos lados.

Desde los comienzos de la civilización tenemos datos de enfrentamientos organizados de grupos humanos con el propósito de controlar recursos naturales o humanos (conflictos entre cazadores nómadas y recolectores sedentarios).

Tenemos el ejemplo del Código de Hammurabi como primera lista de leyes de convivencia entre humanos para evitar más muertes entre vecinos de la antigua Persia. Una de las leyes decía: “Si un hombre libre le rompía un hueso a otro hombre libre, se le rompería a él también ese hueso”. Por suerte, las leyes fueron avanzando.

Pero con esto quiero dejar en claro que el problema está en la convivencia de los seres humanos. Está en nuestro gen.

El conflicto con el “indio” siempre fue por territorios. Lo mismo pasó con los españoles en nuestra guerra de independencia, sin embargo nadie criticó a San Martin por todas sus campañas y las catalogó de genocidios. También pasó con Paraguay en 1811, sin embargo nadie criticó a Belgrano por esa campaña y la catalogaron de genocidio. También fue un conflicto territorial con los Brasileros en 1825 por la banda oriental, sin embargo, nadie la catalogó como un genocidio. Y también, nuestras guerras civiles fueron conflictos de convivencia entre argentinos y nadie las catalogo como genocidios. Son guerras y no las inventó Roca.

Los “indios” se habían quedado en un sistema de caza y recolección, eran nómades. Y los argentinos teníamos un sistema de cultivo y crianza de animales, éramos sedentarios. Esta diferencia de modos de vida, generaba el mayor conflicto. Los “indios”, al ver las vacas, ovejas, gallos en corrales, los robaban. Para ellos, era un regalo servido en bandeja porque se evitan la cacería. Lo mismo, con frutas, granos y todo tipo de alimento.

Entre 1820 y 1870 los “indios” robaron 11 millones de cabezas de ganado, 2 millones de caballos y 2 millones de ovejas; asesinaron o capturaron a 50.000 personas, y robaron bienes por valor de 20 millones de pesos.

Lamentablemente, ante una imposibilidad de llegar a una convivencia pacífica, siempre el paso siguiente es la guerra.

Tengamos en cuenta, que cuando se habla de “Patagonia” en esta campaña de 1879, se habla del oeste de la Provincia de Buenos Aires, la totalidad de la provincia de la Pampa y del sur de San Luis, Mendoza y el norte de la provincia actual de Neuquén. Zonas muy cercanas a la civilización argentina y rica para cultivos que Europa estaba queriendo comprar más y más. Luego, en 1881, se terminaría de extender hasta Tierra del Fuego.



Si los españoles se hubieran retirado aceptando perder sus colonias, no hubiera habido una guerra de independencia y nadie hubiera muerto, sin embargo no querían perderlas y la guerra fue el resultado.

La guerra es el fracaso del dialogo pacífico y de entendimiento entre seres humanos. Siempre pasó, pasa y pasará.

El conflicto con los pueblos “autóctonos” fue una convivencia conflictiva desde un inicio que, lamentablemente, terminó en guerra.

Y tampoco fue el racismo el motor de esta guerra. Todas las divisiones del ejército argentino contaban con soldados “autóctonos” de tribus aliadas.

El motor de esta campaña, no fue contra el “indio rebelde de la Patagonia” sino contra Chile.

En 1856, La confederación Argentina y Chile firmaron un “Tratado de paz, amistad, comercio y navegación”. En el artículo 33, se estableció que ambas partes reconocían como “límites de sus respectivos territorios, los que poseían como tales en tiempo de separarse de la dominación española el año 1810. Chile presentó cédulas reales, mapas y otros documentos coloniales que avalaban que la Patagonia estaba bajo la jurisdicción de la Capitanía General de Chile en 1810. La pretensión de Chile por la Patagonia, ya era un hecho.


Pretensiones chilenas


En 1879, se va a dar un hecho, que Roca utiliza para ganarle a Chile la Patagonia.

El país vecino había iniciado la guerra del Pacifico (1879-1884) contra Bolivia y Perú en el límite con ellos para extender su territorio. Eso ubicaba al ejército chileno a miles de kilómetros de la Patagonia. Era el momento ideal para ocupar la Patagonia y luego negociar los limites. Y eso hizo Roca, ocupó la Patagonia en 1789 y negocio los limites en 1881 que se respetan hasta el día de hoy.

De hecho, la pérdida de la Patagonia se ve en Chile como un episodio vergonzoso en su historia. Ellos siempre colocaban en sus mapas a la Patagonia. Después de la guerra del Pacifico, iban a ocuparla. Roca, simplemente, se adelantó. Y como Chile no podía pelear dos guerra en dos frentes al mismo tiempo, no les quedó otra que firmar el tratado de límites en medio de la Guerra del Pacifico.

Por lo tanto, los chilenos también se iban a  enfrentar con los mismos pueblos “autóctonos” de la Patagonia.

Roca, con un brillante movimiento estratégico, ocupó la Patagonia antes que Chile y lo obligó a firmar un tratado de límites que favorecía notablemente a la Argentina. Roca consiguió extender el territorio nacional sin tirar un tiro y sin entrar en conflicto con el país vecino que poseía un ejército moderno. Roca, evitó una guerra sangrienta, larga y costosa.

El conflicto con el “indio” fue una consecuencia de estar en medio de dos civilizaciones vecinas, con ejércitos modernos, que pretendían extender sus límites en una época donde el imperialismo estaba muy bien visto y en donde ambas naciones estaban naciendo y definiendo sus límites.

Si no hubiera sido Roca, hubiera sido algún General Chileno el que se enfrentase con los pueblos “Autóctonos” y hoy la provincia de La Pampa, San Luis, Mendoza, Neuquén serían Chilenas. Y quizás, no sabemos si más. ¿Quién nos asegura que Chile no pretendía ocupar toda la Argentina? Mantener el límite en la cordillera, también es una estrategia de defensa natural.

Todo este conflicto con el “indio”, ocupar la Patagonia, frenar el avance Chileno, definir los limites, no lo inventó ni lo comenzó Roca, él lo finalizó. Y lo consiguió de la misma manera que lo hubiera hecho Chile, Inglaterra, Francia o cualquier país en el SXIX.



Gracias a Roca, en nuestro mapas figuran: El oeste de la Provincia de Buenos Aires, la totalidad de la provincia de la Pampa, le sur de la provincia de San Luis, el sur de la provincia de  Mendoza, la totalidad de la provincia de Neuquén, Rio negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, la Antártida y Malvinas.

Además, nunca hubiera sobrevivió un país mapuche. Si lo hubiéramos respetado nosotros, lo hubiera conquistado Chile.

El General Roca aseguró el 60% de nuestro territorio actual ante la pretensión de otros países o pueblos “autóctonos”. Era vital para el naciente estado argentino, el control formal del territorio que consideraba suyo.


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