Ambos venían de familias
españolas. Quizás la diferencia, era que el padre de San Martin fue un militar
Español que sólo estuvo en estas tierras el tiempo que le llevo su trabajo, y
el padre de Rivadavia, vivió casi toda su vida en Buenos Aires ejerciendo el
poder español en el cabildo y acumulando fortunas con el comercio. Representaba
el prototipo de la España colonialista. Pero lo más escandaloso, fue que era un
ferviente defensor de la corona española y siempre estuvo en contra de la
revolución de Mayo y de la independencia.
Claramente, Bernardino no
compartía las ideas de su padre, él si quería la independencia. Pero, además de
su padre pro español, se casó con la hija del Virrey Del Pino. Por lo tanto,
para los demás independentistas, la imagen de Rivadavia siempre estuvo ligada a
las fiestas, reuniones y negocios españoles. Era la gente con la cual él se
codeaba por parte de su padre y esposa.
Bernandino Rivadavia, participó
de la Revolución de mayo. Votó para echar a Cisneros e implementar un gobierno
patrio. Su postora, poder, dinero, poder de convicción le permitió ser un
verdadero animal político. Llegó a ser nombrado
Secretario de Gobierno y Guerra del primer triunvirato. Y a pesar de no ser
miembro directo, su postura política fue tan fuerte, que se impuso en todas las
decisiones de ese gobierno.
Y si faltaba algo para levantar
sospechas, además de ser hijo de un español anti independencia y una esposa hija
de un virrey, impulsó la estrategia “máscara de la monarquía”. La misma, apelaba a una supuesta fidelidad a la causa de
Fernando VII que desde 1808 se encontraba preso. Pero a pesar de todo, esta
estrategia no pretendía volver a ser colonia. Era una manera de ganar tiempo y
reconocimiento de las demás potencias. De hecho, esa estrategia tampoco era
nueva, la primera junta firmó gobernar en nombre de Fernando VII (detalle que
nadie nombra).
Luego de la derrota de Huaqui, y
para evitar pelear en dos frentes (Perú y Montevideo), el 20 de octubre de
1811, Rivadavia firmó un Tratado de Paz por el que las Provincias del Río de la
Plata se reconocían como parte integrante de la nación española y a Fernando
VII como su único soberano. Este tratado parece ser pro español, sin embargo,
es simplemente diplomacia. Era para evitar la guerra en dos frentes, ya que de
ser así, las perderíamos. Además, faltaba poco la que España (sin su rey) firmara
una constitución.
Finalmente, en marzo de 1812, la
corte de Cádiz creó la Constitución de 1812 (“Viva la pepa”). España pasó a ser
una monarquía constitucional que contemplaba a las colonias como nuevas
provincias del nuevo estado español. España dio fin al Antiguo Régimen
monárquico absoluto.
Esto era lo que estaba esperando
Rivadavia. Buscaba tiempo para que España termine su proceso hacia una
monarquía parlamente y poder negociar con un ministro y no con un rey.
Es por eso, que le prohibió a
Belgrano utilizar la bandera Argentina y lo obligó a desplegarse hasta Córdoba
para evitar nuevos enfrentamientos. Para Rivadavia, eran nuevas aguas para
negociar la independencia. Sin embargo, Belgrano, no cumplió esa orden, peleó
igual y ganó la batalla de Tucumán.
Esta rebeldía de Belgrano, fue
bajo la influencia de la masonería recientemente desembarcada en Buenos Aires
en marzo de 1812. San Martin, Alvear y Zapiola llegaron a imponer su modelo
ofensivo con el fin de eliminar completamente la influencia española en
América. Realizaron un golpe de estado en Octubre, lo echaron a Rivadavia e
inauguraron el segundo triunvirato al cual le exigieron crear una constitución
y declarar la independencia. Para ellos, Rivadavia era “pro-español” igual que
su padre.
San Martin, finalizó la vida
política de Rivadavia (por dos años), sin embargo, la venganza llegaría más
tarde.
Bernardino se fue a Europa en
1814 y vivió 6 años en Londres. En 1820 regresó como primer ministro del
gobierno de Martin Rodríguez en Buenos Aires.
Trajo nuevas ideas pero había algunas que nunca cambiaron.
Se negó a colaborar con los
ejércitos que luchaban contra los realistas, tanto el de Martín Miguel de
Güemes en Salta, como la campaña de José de San Martín en Perú. De hecho,
consideró que San Martin hacia uso de recursos sin autorización, ya que no era
la prioridad del estado ayudar a Perú con su independencia sino la próxima
guerra de las provincias unidas contra Brasil.
Rivadavia le pidió que volviera
con sus ejércitos, San Martin se reusó y Bernardino pidió el arresto. Podrán haber pasado diez años, pero Rivadavia
nunca se olvidó de aquel golpe de estado perpetuado por San Martin y que le
tiró abajo su preciado triunvirato. Sin embargo, el arresto nunca se llevó a
cabo por el peso del Prócer. Lo dejó volver en 1823 para embarcarse en el
puerto de Buenos Aires rumbo a Francia. Será la última vez de San Martin en
nuestras tierras.
La Rivalidad entre Rivadavia y
San Martin es conocida. A Bernardino siempre se lo tildo de ser “Pro español”
lo contrario a San Martin.
Se entiende que Rivadavia era más
cauteloso y diplomático. Siempre evitó la guerra, ya que era muy costosa y
bloquean el puerto de Buenos Aires (el único ingreso de dinero). Buscaba ganar
tiempo y quedar bien con las potencias de Europa (Incluso España) ya que su
interés era que Argentina sea aceptaba como un nuevo país civilizado. Quería
una independencia más “educada”.
San Martin, por otro lado, era un
soldado. Un caballero que tenía un interese de libertad a nivel moral- político
en todo el continente, no sólo Argentina. Veía a España como un enemigo. Quería
una independencia “épica” con héroes, sables y gritos de libertad.
Ambos querían la independencia pero
con diferentes estrategias.
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