Luego de matar a Tiodamante, rey de los Dríopes, Hércules se enamoró de su hijo huérfano, Hilas, a causa de su gran belleza. El mismo terminó acompañando a Hércules, y a los argonautas, en sus viajes sobre la nave Argos.
Durante la expedición, realizaron una parada sobre Misia, en busca de madera para reparar unos remos rotos. Hércules bajó a tierra y comenzó a derribar árboles, mientras destinaba trabajos a los demás navegantes. A Hilas le tocó buscar agua dulce de alguna laguna.
Al llegar a la más cercana, Hilas fue recibido por las ninfas de agua dulce (Náyades). Las mismas, le dieron la bienvenida, y viendo lo tan hermoso que era, decidieron no dejarlo irse nunca más.
Hércules, viendo que no regresaba Hilas, comenzó a buscarlo gritando su nombre una y otra vez, pero siempre en vano. Hilas se había ido a vivir con las ninfas a sus cuevas en el fondo del agua dulce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario