martes, 26 de julio de 2016

"Leda y el Cisne" de Giovanni Rapiti.



El mito de Leda y el Cisne es para muchos el mito más erótico de la mitología griega. La idea de un cisne y una mujer es realmente muy sensual. Quizás por eso es uno de los mitos más representados en el arte. Hay obras desde Miguel Ángel, Da Vinci, Rubens y hasta Dalí.
Zeus es el Dios principal del Olimpo y se viste de ser increíblemente poderoso, sin embargo, posee una debilidad crónica: Las mujeres.
A pesar de estar casado con su hermana, la Diosa Hera, cometió incontables infidelidades con otras Diosas, ninfas, hombres y jóvenes mortales. Una de sus estrategias para poder poseer a la mujer de su agrado, es convirtiéndose en un animal el cual le permitiera acercarse de manera sigilosa a su presa.
Leda era una princesa de Etolia casada con Tindáreo, de la cual Zeus no pudo resistir su belleza. Una tarde se encontraba caminando a orillas del río Eurotas, cuando un hermoso Cisne se apareció ante ella en busca de protección y cuidado. El cisne era Zeus haciéndole creer que era perseguido por un águila.
Leda acogió al cisne y le dio un lugar en su regazo. Llegada la noche, el cisne comenzó con sus caricias y Leda poco pudo hacer para resistirse a sus encantos. Finalmente Zeus logró hacerle el amor en forma de cisne. Lo curioso es que esa misma noche, Leda también mantuvo relaciones con su marido.
Como consecuencia Leda puso dos huevos. De uno nacieron sus hijos con Zeus, los mismos fueron inmortales: Pólux (Uno de los Dióscuros) y Helena (La princesa que secuestró París y dio inicio a la guerra de Troya). Y del otro huevo nacieron sus hijos con Tindáreo, los mismos fueron mortales: Cástor (El otro de los Dioscuros. Juntos los hermanos forman la constelación de Géminis) y Clitemnestra (Esposa de Agamenón).

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